jueves, 14 de enero de 2016

las devilidades humanas

Tener las ideas poco claras en algo tan primordial como esto, es a la larga dramático y se paga con creces a la hora de la verdad. Desde la expresión francesa de hacer el amor, para referirnos a las relaciones sexuales, pasando por aquella otra de unidos senti-mentalmente cuando alguien inicia una nueva andadura, hasta llegar a la de nueva compañera afectiva, se mezclan hechos, conceptos, intenciones. Pero hay bastante trivialización en todo ello.
El amor es una de esas palabras cargadas de los más variados sentidos. Acometerla con un cierto rigor no es tarea fácil. De ella existe un auténtico abuso. En ella se dan cita un conjunto de significados que es preciso matizar. Hay razones de peso para abandonar la tarea, sobretodo si echamos una mirada a nuestro alrededor y vemos cómo es tratada en los grandes medios de comunicación social. El uso, abuso, falsificación, manipulación, adulteración y cosificación del término amor, ha ido conduciendo a una cierta ceremonia de desconcierto. Sinfonía léxica desorientada que forma una tupida red de contradicciones.

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